domingo, 15 de enero de 2012

Ballenero Americano "WILLIAM PENN" 1832

En el año 1793 fue apresado un buque en las costas de México por los barcos guardacostas españoles, estos pensaron que los miembros del ballenero norteamericano ejercían el contrabando; pero no era cierto y fueron puestos en libertad. Era un bergantín de 28 metros de eslora y de 73 toneladas de porte; de una sola cubierta, de dos palos, de popa redonda, no tenía galerías ni cabeza, la cinta era baja y el alcázar alto. El “George” de Nantucket había sido construido en esta ciudad en el año 1783 por el maestro calafate Joseph Nichols era propiedad de 3 comerciantes de Sherbourne que tenían permiso del Ministro de Marina americano para ejercer la pesca de la ballena durante un año. Lo tripulaban 13 hombres bajo el mando del capitán Basilio Coleman.

A principios del siglo XIX la industria ballenera sufrió un gran auge en los Estados Unidos, los barcos que se iban construyendo iban subiendo su tonelaje, eran de mucha manga y de grandes bodegas con capacidad para más de 2400 barriles de aceite. Se estandarizo un tipo de barco para la caza de la ballena, la fragata.
El casco del buque construido con tablazón de sabino, encina y pino estaba reforzado con chapa de cobre de una pulgada era muy marinero. Se les colocaba portas para hacer creer que iban armados pero como mucho solían llevar 4 cañones y pequeñas armas que se subían a cubierta para intimidar en caso de incidente. Su cubierta era corredera, a popa llevaba una caseta a cada banda. El horno colocado entre el palo mayor y el trinquete, era una estructura de ladrillos de unos 2,5 de ancho, 1,5 de alto y de 3 metros de largo. Llevaba en su interior dos grandes recipientes de hierro, las calderas, donde se derretían los pedazos de grasa para obtener aceite. Antes de que los barcos llevasen los hornos se capturaban solamente cachalotes y ballenas francas, pero a partir de que comenzaron a escasear se empezaron a buscar otras especies recorriendo los océanos siguiendo las rutas migratorias de las ballenas. Los viajes llegaban a durar 4 años.Un buque llevaba por lo general 5 balleneras sujetadas por los arbotantes (maderos salientes) y 2 de respeto colocadas sobre unos caballetes entre el palo mayor y el mesana con la quilla hacia arriba. Este tipo de bote era ligero construido en cedro blanco, de unos 9,15 metros de eslora, pesaba poco y bastaba con dos hombres para levantarlo. Cuando se avistaba una ballena se arriaban los botes al agua cada uno de los cuales llevaba una tripulación de 6 hombres que a fuerza de remo conseguían una velocidad de 10 nudos. En cada bote se encontraban los diferentes tipos de arpones: El primer arpón que se lanzaba era el de estacha, llamado así al cabo de cáñamo teñido de alquitrán de una longitud de 550 metros. El segundo arpón era el de boya de menor longitud que el anterior servía para agotar al animal haciéndolo salir a la superficie. Y se remataba al animal con la sangradera, una lanza afilada y cortante con un mango de madera de pino de unos 3 metros de largo. Estos grandes buques llevaban una tripulación de unos 42 hombres para poder manejar las balleneras.

Después de muerto el animal se remolcaba hasta dejarlo al costado del barco donde se hallaba la guindola de trocear. Era una plataforma que se hallaba a la altura del centro del casco formada por tres tabladas y provista de barandilla que se suspendía por el lado de fuera donde se colocaban los marineros para trocear la parte de ballena que sobresalía del agua. El miembro de la tripulación encargado de trocear el animal llevaba una faja de lona como un cinturón de seguridad que iba sujeta a un cabo fijado en el buque. Para ir cortando el animal se subían a él con una especie de zuecos herrados y de puntas muy afiladas que se colocaban en la suela de las botas para poder andar, sin peligro de resbalar. Con un cuchillo de muy afilando y de punta fina que tenía un mango de 5 a 6 metros iban cortando el lardo en lonchas y lo izaban con el mismo a la cubierta para meterlo en la caldera y convertirlo en aceite para utilizarlo en la iluminación. De la cavidad de la cabeza extraían una cera sólida y una liquida. La solida llamada esperma se utilizaba para la fabricación de velas, cirios y la liquida como lubricante. El hígado, los dientes, los huesos, el ámbar gris eran utilizados en productos de cosmética, farmacia y decoración.
Las rutas que seguían los balleneros eran impuestas por los cetáceos que por los meses de septiembre y octubre se hallaban en el sur y los meses de marzo y abril emigraban al norte. Cuando los balleneros salían de puerto navegaban por el Atlántico consiguiendo algunos ejemplares de cachalotes a los que extraían el aceite y el esperma y se dirigían a dar la vuelta al Cabo de Hornos pasando por las islas Sandiwch. Si no habían sufrido ninguna avería que hubiese obligado a hacer escala en algún puerto amarraban en el de la ciudad de Lima para abastecerse. La siguiente parada se hacía en las Islas Galápagos sitio escogido por las ballenas para procrear y donde se juntaban gran cantidad de buques balleneros de diferentes naciones. En la isla existía una lista de correos, consistía en un gran caparazón de tortuga en el cual los marineros de los balleneros que faenaban por el Pacífico dejaban y recogían sus cartas, algunas de ellas llevaban varios años depositadas cuando llegaban a su destinatario. De allí a la siguiente escala en la Península de Kamchatka donde solían descansar en el puerto de la ciudad llamada Otjutorskij. Había capitanes osados que se aventuraban a ir por mares desconocidos siguiendo a las ballenas polares. Pasaban por las Islas Aleutianas y se adentraban en el Estrecho de Bering doblando el Cabo Glacial e intentando encontrar el Estrecho de Lancaster que unía el Océano Pacífico con el Océano Atlántico. Los grandes bloques de hielo impedían el paso a los buques y estos debían volver sobre sus pasos. Algunos se desviaban en las Islas Aleutianas hacía Manila donde descansaban para luego dirigirse a la Isla de Timor. Atravesaban todo el Océano Indico dirección a las Islas Mauricio y de allí al Cabo de Buena Esperanza. Habían dado la vuelta al mundo ya que se hallaban otra vez en el Océano Atlántico, el viaje que debía haber durado dos años aproximadamente se iba alargando hasta llegar a cuatro para que resultase beneficiosa la carga obtenida. La caza de la ballena entro en decadencia al descubrirse el petróleo en 1859 en Pennsylvania.


Las ciudades como New-Bedford, Nantucket, New London, Sagharbor, Fairhaven tenían registrados la gran mayoría de buques balleneros; a ellas se fueron añadiendo pequeñas ciudades cuyos habitantes eran capitanes o propietarios de un barco. Una de las ciudades que prospero gracias a la creación de industria dedicada a caza de la ballena fue Falmouth en Massachusetts. Su impulsor fue el empresario Elijah Swift, propietario de los llamados buques-cocina de gran tonelaje, que junto con su hermano Thomas y sus hijos Oliver y Thomas L. creó una gran compañía: disponían de una fábrica de velas, vendían roble al gobierno, tenían un astillero y crearon el Banco Nacional con la colaboración de Erasmus Gould. Propietario de los llamados buques-cocina de gran tonelaje eran suyos el Uncas de 413 toneladas, el Awashonks de 342 t., el Brunette de 187 t., el Hobomok de 414 t., etc.

Esta maqueta está basada en el “William Penn” pequeña fragata de 107 pies de eslora (32,61 metros) y de 364 toneladas de porte. Construido al oeste de la ciudad Falmouth, por el maestro de ribera Abner Hinckley en el año 1832; era propiedad de Obed Goodspeed cuando se hundió tras chocar con el atolón Whytootake en las Islas Cook.
Realizo 4 viajes: 1º Salida de Falmouth en enero de 1833 y regreso el 29 de abril de 1836 bajo las órdenes del capitán John Lincoln. El 2º lo inicio el 8 de octubre de este mismo año el capitán Rusell S. Bodfish y regreso el 28 de mayo de 1841. El 3º partió de Falmouth en octubre de 1841 fue bajo el mando del capitán John Lincoln y regreso en abril de 1845. Su último viaje lo inicio el 19 de julio de 1845 al mando del capitán Littleton Wimpenney y se hundió el 26 de noviembre de 1847, llevaba en sus bodegas 1700 barriles de aceite, 100 de esperma y 9798 de huesos. Ana.
Maqueta realizada por el modelista Pedro Delgado Gómez para su construcción en kit. Lleva plantillas, lista de materiales, fotografías del paso a paso, etc.
Bibliografía:
Crapo H. Henry: “The New-Bedford Directory” Editado por Benjamin Lindsev, 1841.
Varios:Enciclopedia ilustrada de la navegación a vela”. Editorial Planeta. 1982.
Genoux, Claude: “Memorias de un niño de Saboya” París. 1854.









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